EL DÍA QUE LLEGUÉ A JAPÓN

Son las 4 y algo de la tarde. Llego finalmente al aeropuerto de Narita. Llegué a Japón! Wow, ni vos misma lo podés creer.

 

Que sucia me siento. Me quiero bañar. Dormí bastante en el avión, pero me siento cansada.

 

Paso migraciones re tranqui, poca gente y mucho personal. No podía esperar menos de Japón.

 

Voy a buscar mi valija y está dando vueltas ahí solita. Me siento un toque a ordenar mis papeles. Tan despistada estoy, que me levanto y me voy sin la valija. Camino media cuadra aprox. y me doy cuenta. Vuelvo. Parezco una loca. Completo un último papel y salgo. Estoy en Japón!

 

Estoy cansada, pero todavía me queda mucho para llegar a darme un baño. Salgo por la puerta principal. En una de las paredes, unas letras grandes dicen: Welcome to Japan. Oficialmente, estoy en Japón! Aaaaahhh!! No lo puedo creer! Bueno Laura, bancá con la emoción, porque esto no terminó. Primero y principal, necesitas dinero japonés. 

 

Camino hacia mi izquierda, y encuentro rápidamente donde cambiar mis dolarucos. Confío en ellos, sé que no me van a cagar. Es todo muy fácil y rápido. Ni siquiera hay cola. El señor me escribe en una calculadora a cuanto está el dolar. Y yo, le escribo en un formulario muy simple, cuantos dólares quiero cambiar. Cuenta el dinero delante mio, lo pone en un sobre, y me lo entrega. Listo! Ya me puedo mover por Japón. Tengo yenes! Esto fue rápido y fácil. Creo que estoy empezando con el pie derecho. 

 

Ahora tengo que ir a buscar mi pocket wifi. Mi celular sigue sin batería.

 

Nuevamente mis miedos empiezan a surgir. No se japonés, solo palabras sueltas. Como pregunto? Me entenderán con mi inglés pedorro? Bueno, no sé, voy a bajar el stress con un pucho. Donde podré fumar?

 

Salgo del aeropuerto. Es de noche, aunque solo sean las 5 de la tarde. Es otoño, acá oscurece temprano. Está fresco, pero es un frío que necesito. Respiro aire finalmente.

 

Veo autopistas. Parece zona de nadie, y estoy acostumbrada a la inseguridad de mi país. Hay micros, todo en japonés, no entiendo nada. Me da miedo. Como salgo de acá y voy hasta mi airbnb?

 

Quiero fumar. Pero sé que acá no se puede fumar en cualquier lado. Paseo mi mirada, y a mi derecha hay un cubículo con vidrios verdes. Es para fumar!

 

Entro. Es un asco. Tiene muchísimo olor a cigarro y mugre de puchos por todos lados. Hay un oriental y algunos extranjeros. Fumo y me salgo. Espero que todos los sectores para fumadores no sean así. Es espantoso.

 

Vuelvo al aeropuerto. Tengo que buscar el pocket wifi. Donde carajos será? Subo una escalera mecánica y me encuentro con un espacio muy muy grande. Hay como puestos por alrededor. En el medio veo un mostrador redondo. Supongo que si está en el medio, debe ser importante. Vamos a ver.

 

Es un centro de información. Le pregunto a una de las chicas, con mi inglés caca, donde puedo recoger mi pocket wifi; y le muestro un papel donde anoté el nombre de la compañía y mi número de reserva. La chica me indica en inglés y me pide perdón por tardar dos segundos en darme la data. Wow! Esto es Japón. Paseo por varios puestos y no lo encuentro. Decido preguntar en uno, mostrandole el papel. Me indica que es el que está al lado. Pasé por ahí como tres veces y nunca entendí que era ese el correcto. Le muestro al señor el papel, y me entrega una cartuchera de cuero. Adentro está el aparatito con su cargador, y un instructivo. Me despide con una sonrisa, y yo también le respondo igual. Estoy cansada, pero toda la gente está siendo muy amable conmigo, así que no parece tan difícil. Y aparte, ya tengo mi pocket wifi! Vamoooo!!!

 

Hay muchos chicos de secundaria, asumo que se van de viaje con la escuela. Me miran, me saludan canchereando. Creo que tengo los ojos muy grandes y se dan cuenta que no soy de acá. También un vestidito escotado. Todo puede ser.

 

Bajo nuevamente las escaleras mecánicas y encuentro un sector con mesas, sillas y enchufes. Prendo mi pocket wifi, y configuro mis dispositivos. Cargo un poco el celular y aviso a mi familia que estoy bien.

Busco en google maps como llegar a mi airbnb. Aparentemente puedo tomar un tren desde acá mismo. Salgo de ahí, y enfrente veo un mostrador. Me acerco y le muestro a la chica en mi tablet, mi destino. Me escribe cuanto le tengo que pagar en un papelito. Le dejo la plata en una bandejita que me da. Estoy usando mis primeros yenes. Que emoción! Muy sonriente me entrega mi ticket y me indica que vaya por la escalera a mi derecha. Que simpáticos y amables son todos! Esto es Japón.

Esa escalera me lleva directamente a los andenes del tren. Está todo muy limpio y no hay nadie. Me falta como una hora para que llegue el tren. Voy a tomar un shinkansen que me deja a unas cuantas cuadras de mi airbnb. Tengo sed. Uhhhh, maquinitas expendedoras japonesas! Cuantas cosas raras, pero aún no me animo a probar nada que no conozco. Voy a sacar un speed porque estoy cansada, a ver si me levanta. Son las 6 y media de la tarde. Hablo con un amigo que es trasnochador. Le cuento un poco el flash y llega mi tren. Wow! Entran varios japoneses a limpiar los vagones en tiempo récord. Los asientos se dan vuelta solos! Que carajos? Estoy en Japón!

 

Subo, y dejo mi valija en unas jaulas que hay en la entrada del vagón. Confío, aunque me cuesta. Sé que estoy en Japón y nadie va a tocar mis cosas. Me relajo. Estoy viajando en Shinkansen, el que luego se convertirá en mi gran amor.

 

Las estaciones pasan, y una pantallita me indica. También una voz que habla en japonés y en inglés. Bien, puedo entender aún. Llego a destino. Busco la salida. Hay molinetes para salir, igual que en casa. Pero veo que no son iguales. Decido pararme por ahí, y ver que hacen los demás. No quiero parecer que vengo de las cavernas, snif. Veo que la gente pone un ticket en una ranura, y el molinete se abre. Mmmmm... Claro! Mi ticket con el que viajé. Me acerco, haciéndome la que se lo que hago, y pongo el ticket en la ranura. Bien! Funcionó. Estaba en lo correcto, y no quedé como tonta.

 

Salgo al exterior, está fresco. Hay muchas luces y mucha gente. Mis miedos se desvanecen. Busco mi airbnb en mi tablet y empiezo a caminar. Camino tres veces por la misma cuadra, pero voy bien. En casa busqué la zona con google maps y ya se cómo se ve. Tengo buena memoria.

 

Veo un konbini. Son esos supermercaditos que tienen de todo, y están abiertos las 24 horas. Bueno, voy a entrar a comprar unos víveres antes de llegar a mi hospedaje. No entiendo nada. Si no como carnes, que carajo me compro para comer? Pareciera que todo la tiene, o que no estoy segura de que son las cosas que hay dentro de la comida. No quiero tardar tanto, porque estoy cansada y me quiero bañar, así que compro alguna bebida, cerveza, snacks, unos sanguchitos de queso y huevo, café para la mañana y algunas cosas más. En la caja me hacen tocar la pantalla. Tengo que asegurar que soy mayor para comprar cerveza. Mira que loco.

 

Sigo camino. Veo unos ceniceros en la calle y paro a fumar. Japoneses pasan y me miran. Sí, creo que no puedo pasar desapercibida.

 

Termino, y arranco otra vez. Llego al edificio de mi airbnb. No entiendo una mierda la dirección y no sé a qué piso tengo que ir. Ya fue, subo y voy viendo cada piso a ver cuál es. Tengo fotos del lugar así que tengo que adivinar. Finalmente, el sexto es el mío. Pero hay tres "deptos.". Todos con llave digital.

 

Entro a uno y veo ropa tirada. Escucho. Creo que alguien se está bañando y le abrí la puerta. Ups! Este no es.

 

Entro a otro y no hay nadie, pero ese no es tampoco. La tercera es la vencida. Hago todo con las zapatillas puestas. Me olvido que estoy en Japón. Acá se dejan en la entrada del ascensor. Me vuelvo, me saco las zapatillas, y las dejo ahí, donde hay otros zapatos. 

 

Entro finalmente a mi habitación. Está la ventana abierta y hace frío. Prendo el aire acondicionado y no lo entiendo, está todo en japonés. Toqueteo un rato, hasta que decido dejarlo en un modo que creo, es el correcto.

 

Prendo la tele, flasheo un toque con la tele japonesa. No lo puedo creer, estoy en Japón! Guardo mis víveres en la heladera y me voy a bañar. No sé cuál es shampoo y cual crema enjuague. Creo que me lavo el pelo cinco veces para probar cual es cual. Sigo sin adivinar.

 

Aunque ya llegué, hay algo que todavía me preocupa. Mi JRPass no llegó a tiempo a Argentina. En tres días me voy a Toyama. Necesito ese pase, sino los pasajes de tren me van a salir muy caros. Encima ya lo pagué con la tarjeta. Me lo mandarán para acá? Llegará a tiempo? Les envío un mail, y medito un plan B.

 

Me tiro en la cama, miro la tele, como algo, tomo birra y hablo con mis amigos en Argentina. Son como las 9 de la noche en Japón y ellos recién se están levantando. Todos me preguntan si estoy bien y qué onda el país. No sé, no entiendo nada pero soy feliz. Esta noche, duermo en Japón.


Write a comment

Comments: 0