EL DÍA QUE CONOCÍ A LOS CIERVOS

Uhhh, que bien dormí. Cuando uno se embriaga lo justo, duerme de lo mejor. Te despertas sin resaca y sintiéndote espléndida.

 

Me lavo la cara y los dientes. Enciendo la pava eléctrica, me abrigo y salgo al balcón. El clima está lindo. Despejado y está saliendo el sol.

Preparo mi café, y como unas tostadas con queso. Ya más o menos aprendí a hacerlas en el microondas. Me las rebusco como puedo. Estoy en Japón! Qué carajo me importa que como.

 

Al final cambié mis planes, y hoy voy a Nara. La ciudad de los ciervos. Estoy bastante emocionada. Como no voy a zoológicos, nunca vi un ciervo en mi vida. Solo los vi por foto o en tele. Dicen que podés comprar galletitas y darles de comer. Quiero acariciarlos y sacarles fotos. También quiero sacarme una foto con uno. Podre? Ya me estoy imaginando como podría ser todo.

Bueno, voy a dejar de soñar despierta, y voy a preparar mis cosas.

 

Miro el mapa. Con una combinación de dos trenes puedo llegar a Nara. No es lejos. Y la estación de tren tampoco, solo tengo que caminar unas cuadras.

 

Cruzo por el estacionamiento del konbini, y agarro por una hermosa callecita de Kyoto. Miro las casas y sus entradas. Casi que no hay nadie. Me gustaría vivir en un lugar así.

Cruzo un canal. Qué lindo! Los arboles tienen los colores del otoño. Saco fotos y sigo camino.

 

 

Mmmm. Según el mapa me pasé. Vuelvo sobre mis pasos. Mmm, me pasé de nuevo.

Ahh, parece que es por esa callecita. Pero me lleva por debajo del puente. Me da cagazo, aunque sea de día. En Argentina, bajo los puentes siempre está lo peor. Bueno, pero estoy en Japón, acá no debe ser así.

 

Me mando, y encuentro la entrada a la estación. Que oculta está. No hay guardas. Por suerte las maquinitas tienen idioma inglés y puedo sacar mi ticket sin problema.

Subo algunas escaleras y llego al andén. Uy, en la punta hay un cenicero. Voy a fumar un puchito mientras espero a que llegue mi tren.

 

 

Pasan distintos trenes por el mismo anden. Tienen distintos colores, y señalizan adelante y a los costados hacia donde van.

Ahí viene el mío. Solo tengo una parada, y hago transbordo. El viaje en total, dura media hora aproximadamente. Llego a la estación de Nara. Me recibe un cartel gigante y muy lindo, con siluetas de ciervos en dorado. Uyyy, que emoción! Ya llegué!

 

 

Salgo y camino hacia mi derecha. Según el mapa, el parque esta hacia allá. Veo bastante gente que camina hacia el mismo lado. Creo que todos estamos buscando a los ciervos.

Empiezo a ver verde a mi derecha, y puestos en los que venden galletitas. No son caras, así que compro un par de paquetes.

 

Oohhh siii! Ahí hay ciervos! Que lindos! Quiero tocarlos! Me acerco con las galletitas y les doy de comer. Que lindos que son! Igual esto ni siquiera es el parque, así que voy a seguir entrando. Quiero ver más! Que emocionada estoy!

 

Saco algunas fotos y cruzo el descampado junto a un ciervo adulto.

Sigo viendo cuan simpáticos son. Algunos son más miedosos. Otros, mas confianzudos. Creo que los que tienen el pelo más pajoso son más viejos. Y algunos son bastante grandes de tamaño. Les tengo respeto. Aunque estén acostumbrados a la gente, siguen siendo animales salvajes.

 

Encuentro a un ciervo joven. Le doy galletitas y se re copa. Intento sacarnos una foto juntos. No está mal, pero no es exactamente la foto que quiero. Se me refriega como un gato. Aaaww, me muero de ternura. Quiere las galletitas que tengo en el bolso. Se dispersa y me voy.

 

Allá a lo lejos veo un grupo de ciervos recostados bajo los árboles. No hay gente ahí, así que voy a ir. Me siento en el pasto junto a ellos. Tranquila y en silencio. Con movimientos suaves acaricio a uno que está al lado mío. Se deja. Que bien se siente esto! Acá sola, sentada entre los ciervos, tomando el fresco. Me quedo un rato y saco fotos. Algunas personas que pasan, me miran. Quizás no estoy actuando como los demás turistas.

 

Me levanto y... Uy no! Tengo mierda en la zapatilla! Me habré sentado sobre caca de ciervo? Yo haciéndome la hippie entre la caca. Me reviso bien y por suerte solo tengo en la zapatilla. Saco unos pañuelitos y me limpio bien. Lo bueno de Japón, es que casi nunca tenes que gastar plata en pañuelitos. Te los regalan en la calle con publicidades dentro. Y los re uso. Nunca pensé que serían tan necesarios.

 

Meto la mugre en una bolsita que tengo. Justo había comprado una gaseosa y unos pretz, y me lo dieron en bolsa. Que suerte! No puedo dejar pañuelos con caca tirados por ahí.

 

Me despido del grupo de animales y sigo camino. Hay un edificio lindo y grande. Será un museo? Parece cerrado. Lo rodeo y aparezco en otra parte donde está lleno de ciervos. Hay unas cuantas personas. Todos sacándose fotos con ellos. Se paran al lado y posan. En general los ciervos están en otra, mirando para otro lado. Yo no quiero eso. Quiero una foto linda, que el ciervo ESTÉ conmigo.

 

 

Me siento en una roca. Un ciervo bien grandote se me acerca. Asumo que no es joven, pero tampoco viejo. Me deja tocarlo, así que le doy una galletita. Lo toco de vuelta. La próxima galletita no se la voy a dar con la mano. Se la voy a dar con la boca. Demuestra que tengo confianza en él, así que el debería sentir lo mismo. Me pongo la galletita en la boca, y él, delicadamente se acerca y la come.

 

Bien! Ya podemos ser amigos! Lo acaricio y se me refriega como los gatos. El problema es que él tiene cuernas, y si hace fuerte duele. Lo controlo para que sea más suave, y él se deja. Ya somos amigos!! Siiii! Te amo ciervito! Saquémonos una foto juntos. Preparo la cámara y la sostengo con mi mano izquierda. Creo que ahí estoy encuadrando bien. Le doy otra galletita con mi boca y saco foto mientras tanto. Se queda muy cerca de mi cara, y saco otra más. Lo acaricio y miro las fotos. Si! Esta es la foto que quería! Es hermosa! Mi amigo el ciervo y yo, casi dándonos un besito, snif. No puedo creer que pude controlar una cámara y un ciervo al mismo tiempo. Le hago mimos y le doy más galletita. Se lo merece. Yo también tengo hambre. Saco mis pretz y como algunos con el ciervo al lado mío. Él quiere más galletitas y caricias. Le digo que espere.

 

Escucho un ruidito y me miro el hombro. Pero la puta madre! Me cagó un pájaro. Hoy es el día de las cacas. Al ciervo no le importa que yo esté cagada. Sigue refregándose en mí. Me saco la campera, y la limpio con los pañuelitos. No es tan terrible. Vuelvo a poner la mugre en mi bolsa de caca. Me despido de mi amigo el ciervo, y me acerco a unos baños que vi por ahí. Me lavo las manos y tiro mi bolsa de cacas.

 

Voy a pasear por el parque. Dicen que es muy grande, tiene templos y lagos. Encuentro un camino muy lindo. Los colores del momiji están por todos lados! Vine a Japón en otoño, por esa razón. Y no estoy para nada decepcionada! En casa, los arboles no tienen tanta variedad de colores…

 

 

Subo y bajo escaleritas. Voy por un camino que tiene barandas de madera. Llego a un lago. Tiene un puente y una glorieta. Obviamente, muy oriental. Las vistas son muy lindas, así que saco foto a todo. Compré un montón de memorias antes de partir a Japón. No me debería quedar corta. Pero si pasa, puedo comprar en cualquier lado.

 

Veo que las novias y sus esposos se sacan fotos en esa glorieta. Está sobre el lago, así que sirve re bien para fotos de bodas.

 

Me apoyo en la baranda, y observo. Unos niños ven algo en el agua. Se cuelgan por las piedras y sacan una tortuga. La miran, le tocan el caparazón, y la vuelven a dejar. Se van muy animados por el descubrimiento.

 

Yo también me voy. Todo el tiempo encuentro lugares diferentes y miles de caminos. Hay señores y señoras que están con su atril, pintando cuadros de los distintos paisajes. Chusmeo alguno que otro. Son buenos!

 

Uh, un cartel. A ver qué dice. Wow! Dice que se avistó un jabalí salvaje por la zona. Que tenga cuidado. También dice que es extremadamente peligroso. No me estoy quedando muy tranquila que digamos. Bueno, espero no encontrármelo.

 

Creo que rodee el parque por alguna parte, y ahora estoy en la calle. Voy a ir por otra entrada. Es tan grande que no se ni dónde estoy. Ahora voy por una vereda bien ancha. A los costados hay parque, y muchos ciervos descansando. Yo también debería descansar un poco, estoy caminando sin parar hace rato largo.

 

Me meto en el mini bosque que hay a mi derecha. Entre los árboles, hay un banco. Y muchos ciervos acostados alrededor. No hay gente. Me acerco despacio, sin hacer ruido, y me siento. Saco los pretz y la gaseosa, y pico un toque. Se me acerca un joven ciervo. Me quedo un rato, disfrutando del silencio y observando a los animalitos.

 

Vine a este parque, porque los ciervos están libres. Es un lugar muy grande y con mucha naturaleza, donde pueden ser felices. No hay rejas, ni cercas. A veces salen a la calle. Los autos van despacio y frenan si los ciervos quieren cruzar. No importa cuánto tarden. Los autos esperan. A los ciervos, en esta ciudad, se los respeta.

 

Bueno, voy a dejar de filosofar y voy a seguir paseando. Me duele un toque la rodilla. Me estuve apoyando en el piso para sacar fotos y creo que estoy mayor.

Camino un rato más entre los ciervos. Cruzo una callecita, y encuentro otro lugar, muy amplio y con árboles. Casi que no hay gente. Realmente es muuuyy grande este parque. Pareciera un hábitat re natural de ciervos.

 

 

Tengo ganas de fumar un pucho. En este parque no vi ni un sector fumador. Me alejo de la poca gente que hay, y me siento al borde de un…. Barranco? Abajo corre agua. Me fumo un pucho tranqui, lo apago, y lo guardo en una cajita de cigarrillos. Me meto entre el bosque. Solo hay silencio. No hay ciervos, y se escuchan cuervos. Me di cuenta que, en Japón, está lleno. Como en casa hay muchas palomas, acá hay muchos cuervos. Me gustan. Son re Edgar Allan Poe.

 

Me doy cuenta que estoy muy sola. Y me acuerdo del jabalí. Snif. Espero que no esté por acá, porque re cagué fuego.

 

Termino saliendo a otra parte del parque. Acá hay gente. Es la zona de los templos. Hay lámparas muy antiguas a los costados de las veredas. Tienen musgo. Paro en una tienda. Hay máquinas de Gashapones! Si! Creo que soy fan de esta mierda. Una es de sellos del parque Nara. Quiero uno! Tiene el dibujo de un ciervito comiendo galletitas. Qué lindo es! También me compro unas medias rosas, con un ciervo. Dicen Nara. Me encanta comprar medias lindas.

 

Salgo, y sigo caminando. Encuentro muchas calles con templos. Qué lindo es todo. Estoy segura que, aunque caminé un montón, ni en pedo recorrí todo el parque. Estuve caminando al azar. No sé ni en qué lugar estoy parada. Ni para donde está la estación de tren.

 

El sol ya está bajando. Y me duele bastante la rodilla. Que cagada. Creo que voy a ir emprendiendo el camino a casa.

 

Camino por lugares, aun plagados de ciervos. Les doy mis últimas galletitas. Encuentro la calle y ya sé para dónde ir.

 

 

Estoy un poco perdida en la estación. No sé cuál tren debo tomar. Después de subir y bajar las escaleras dos veces, pregunto. Tengo que esperar un ratín. Aún no sale mi tren. Me siento en unos bancos. Me duele la pierna, snif. Un señor de traje está sentado a mi izquierda. A mi derecha se sienta una mujer con un niño. A unos metros, hay un enchufe. La mujer se acerca, enchufa su celular, y vuelve a los asientos. Nadie va a pasar corriendo y llevárselo. Eso es seguro.

 

Es la hora. Vuelvo a bajar las escaleras, y hago mi combinación de trenes. Observo a todos en el vagón. Siempre están impecables. Miro mis pies. Mis zapatillas tienen tierra y mis polainas una hoja seca pegada. Qué vergüenza. Me saco la hoja disimuladamente. Pero mis zapatillas siguen estando sucias. Si, estuve de excursión, pero ellos no saben. Van a pensar que soy una roñosa. Trato de olvidarme y bajo del tren. Ya es de noche.

 

Salgo de la estación y camino por debajo del puente. No hay muchas luces. Realmente, un lugar así en casa, sería muy peligroso. Igualmente, no estoy sola. Caminan algunas personas que, asumo, vuelven del trabajo. Señores de traje y mujeres con bolsas de compras.

 

Esta calle me lleva directo a casa. Hace un poco de frío. Los barrios de Kyoto por la noche, también son lindos. Ahí está el konbini. Mmm, voy a comprar algo. Quiero merendar con galletitas. A ver qué encuentro.

 

 

Compro una caja de galletas de chocolate con chips, también de chocolate. Unas cervezas. Ah! Ya sé! Voy a comprar crema enjuague! Busco en las góndolas. Esto parece ser para el pelo… A ver si hay alguno escrito en inglés. Eehh! Este! Vammoo!!! Pago contenta, porque ahora pienso que me voy a poder lavar bien el pelo. Me fumo un pucho en el cenicero de afuera. Termino, cruzo la calle, y subo al departamento.

 

Me sigue doliendo la rodilla. Pongo la pava, y pongo a llenar el ofuro con agua bien caliente. Dicen que ese baño tiene propiedades terapéuticas. Quizás me haga bien a mi rodillita, snif.

Tomo mi café con galletitas. Son ricas. En la caja vienen sobres, con dos galletitas cada uno. Que loco como empaquetan.

 

Me doy una ducha. Este si es un acondicionador como la gente! Que bien me desenreda el pelo. Por fin! Termino, me hago un rodete, y me meto en el ofuro.

 

El agua está bien caliente. Uso una toallita pequeña, la humedezco y me la pongo en la cabeza. Así hacen los japoneses, lo vi en muchisimos animes, así que para algo debe servir. Me quedo diez minutos aprox, y salgo.

Creo que me siento con el cuerpo descansado. Y la rodilla apaciguó su dolor. Me gustó el tema del ofuro.

 

Salgo al balcón y pongo a lavar ropa. Me fumo un puchito con una birra. Empiezo a preparar mis planes para mañana. Voy a ir al bosque de bambú, así que tengo que ir lo más temprano que pueda. Parece ser que tardo una hora y monedas, entre combinación de trenes y caminata.

 

Cuelgo la ropa y preparo mi cena. Compré algo así como unas pizzetas. Les voy a poner queso en fetas y las voy a mandar al microondas, a ver cómo quedan.

Mmmm, quedaron bien. Pero a una decidí ponerle una pimienta roja que había acá. Pica como la puta madre que los parió. Me como la mitad que es lo que más aguanté, y me hago otra sin pimienta.

 

Satisfecha, me fumo un último pucho. Me lavo los dientes y me acuesto. Hoy voy a dormir en una de las camas cucheta. Anoche dormí en la cama simple de la habitación. Ya que hay tantas camas, voy a usarlas todas.

 

No se porqué, pero cada vez que alquilo un lugar, pienso que tengo que usar todo lo que tiene.

 

Mañana será un largo día. Pero me esperan dos de los lugares más típicos de Japón. Buenas noches Kyoto!

 


coordenadas:

 

Acá les dejo un mapita, con algunos de los lugares que les comenté en esta entrada.

 


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